Opera Magna - Lo soñado y lo vivido

Que se agote el tiempo
Que el silencio invada el lugar
Que se haga marea y me arrastre hacia el mar

¿Cuál es el misterio?
¿Cuál la fuerza de este dios?
¿Cuál es el motivo de sentir ahora este dolor?

Quiero saber
Dime por qué
puse a tus pies mi vida
No habrán más versos que hablen de mí
Hoy has de venir conmigo al olvido

Llévame allí donde no sienta dolor
Vuelve a quemar esta vieja herida
Arrastro en esta condena
la trampa que el tiempo inventó
La eterna función

Que el calor se apague
Que los juegos queden atrás
Que se extinga la pasión
que nubla la verdad

Ahora soy tu dueño
Sepultada tu alma está
mas si intenta escapar
el llanto será tempestad

Quiero saber
Dime por qué
después de ti no hay nada
Fuerte es la piedra que has de partir
Hoy has de llorar temiendo al olvido

Llévame allí donde no sienta dolor
Vuelve a quemar esta vieja herida
Arrastro en esta condena
la imagen que ayer parecía olvidada

De nuevo en mis ojos
brotan lágrimas en
el suspiro final de mi voluntad

Y allá donde parta tu alma
llevará una fría piedra
que silencie los latidos
escapando entre sus grietas

Se acabaron las pasiones
desatando tempestades
Incapaces de partir
una piedra en dos mitades

No es el tiempo quien te atrapa
pues tú no le debes nada
mas cuando el reloj se pare
se alzará a reinar la parca

Cubrirá todo a su paso
Nos arrastrará al olvido
Borrará de la memoria
lo soñado y lo vivido

Se quebró el pétreo sellado
La nada será testigo de tu humanidad

Que se acabe el sueño
Que este instante muera ya
Que la flor marchita se deshaga al caminar

Libre de este hechizo
he alcanzado a contemplar
que el telón del tiempo
cae borrando este acto final

Quiero saber
Dime por qué
puse a tus pies mi vida
No habrán más versos que hablen de mí
Hoy has de venir conmigo al olvido

Llévame allí donde no sienta dolor
Vuelve a quemar esta vieja herida
Arrastro en esta condena
la trampa que el tiempo inventó

Llora por mí
(No sentiré más dolor)
No sentirás más dolor
(Mi vieja herida)
No quemará esa vieja herida

Arrastro en esta condena
un alma vacía
un cuerpo cansado
Sed testigos de un final
de olvido y soledad